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AFP

Las bolsas mundiales cerraron este viernes una semana negra debido a las devastadoras consecuencias para la economía del coronavirus, y la mayoría de plazas registraron caídas sin precedentes desde la crisis de 2008.

En Nueva York, el Dow Jones Industrial Average de Wall Street, cerró con una caída de 1,4% el viernes. En el conjunto de la semana, se hundió 12,4%.

En Europa, París cedió 3,38%, Fráncfort 3,86%, Londres se dejó 3,39%; Madrid cayó 2,92% y Milán perdió 3,58%.

Anteriormente, las bolsas de Shanghái, Sídney y Tokio también perdieron más del 3%, y Yakarta más del 4%.

El petróleo sufría también los efectos de ese desplome.

El barril de WTI (referencia en Estados Unidos) para entrega en abril terminó con una pérdida de 4,9%, a 44,76 dólares. En la semana la caída fue de 16,1%, la más importante en una semana desde 2008.

El barril de Brent del mar del Norte para entrega en abril cotizaba a 50,52 dólares, en caída del 3,2% respecto al cierre del jueves.

La situación plantea un reto para la OPEP y sus aliados, que se reúnen el jueves y viernes próximos en Viena, sede del cartel exportador.

Las pérdidas sufridas por las acciones europeas desde el viernes pasado son las más importantes desde la crisis financiera de 2008-2009, cuando la economía entró en recesión.

Otras señales son igualmente preocupantes, como el nivel del índice de volatilidad VIX (o «índice del miedo»), el más alto desde 2011, año de la crisis de la deuda pública en la zona euro.

«En un contexto de mercados muy sobrevalorados, se ha producido lo que nos temíamos: la conmoción financiera causada por la propagación del virus fuera de China es muy fuerte, lo que da una nueva dimensión a la crisis», subraya en una nota la analista Véronique Riches-Flores.

Se trata de una crisis financiera, «durante mucho tiempo temida que, si se prolonga, tendría consecuencias potencialmente más dañinas que la propia epidemia del COVID-19», agrega.

«Estamos en modo pánico», indicó Ipek Ozkardeskaya, analista de Swissquote Bank.

«Se borra la casi totalidad del movimiento alcista desde el verano (boreal) pasado, y ello en solo una semana», destaca en una nota Tangi Le Liboux, estratega de Aurel BGC.

De cara al futuro, «el riesgo es importante, porque la epidemia sigue propagándose, amenazando a un creciente número de regiones en todo el mundo, incluso Estados Unidos», primera economía del planeta delante de China, según Riches-Flores.

China era hasta ahora el único foco de la epidemia, pero el riesgo se ha multiplicado con la emergencia de nuevos brotes, como Corea del Sur, Irán, Italia, Brasil y México en América Latina. Hasta la fecha, entre los últimos países que se han sumado a la funesta lista figuran Holanda, Bielorrusia, Nueva Zelanda y Nigeria, primera nación con personas contagiadas en África subsahariana.

Según varios analistas, no es tanto la gravedad de la epidemia lo que preocupa sino las medidas tomadas para contenerla, especialmente dañinas para la economía.

«El impacto económico es totalmente imprevisible. Y es esta situación lo que hace que las bolsas caigan», asegura Le Liboux.

Por ello, los inversores están acudiendo a los valores-refugio, en primer lugar a la deuda pública o el oro.

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