AP
Las fuerzas del gobierno sirio bombardearon el miércoles objetivos civiles en la provincia Idlib, en el noroeste del país, continuando con una violenta campaña militar que ha provocado que casi un millón de personas huyan de sus hogares y la muerte de cientos en los últimos tres meses.
Con apoyo de fuerza aérea rusa, las fuerzas del presidente Bashar Assad han capturado a decenas de aldeas en los últimos días, entre ellas importantes baluartes rebeldes en la última zona controlada por la oposición.
Stephane Dujarric, vocero de la ONU, dijo que la situación es cada vez más complicada después de que aumentaran las hostilidades ahí en las últimas 48 horas.
Se reportaron ataques aéreos el día previo en 19 comunidades y cañoneos en 10 aldeas en Idlib y Hama, con reportes de que por lo menos 21 civiles, entre ellos cinco mujeres y nueve niños, murieron por los ataques aéreos y terrestres, agregó.
Los ataques aéreos también impactaron instalaciones educativas y médicas, entre ellas el Hospital Central Idlib y varias instalaciones que servían como albergue para personas desplazadas, indicó Dujarric.
Agregó que la ONU intenta expandir las entregas transfronterizas de apoyo para trasladar hasta 100 camiones por día, pero que las necesidades en el terreno “siguen superando la capacidad de respuesta de la comunidad humanitaria”.
Más de 300 civiles han muerto desde principios de diciembre, cuando las tropas del gobierno lanzaron una nueva campaña militar para recapturar Idlib, que es la última región significativa controlada por la oposición en el país. Según la ONU, 948.000 personas han sido desplazadas _ un éxodo de personas que huyen de sus casas hacia áreas más seguras cerca de la frontera con Turquía.