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El rapero A$AP Rocky prefirió pasar página cuanto antes después de permanecer varias semanas detenido en unas instalaciones penitenciarias de Suecia a la espera de que las autoridades decidieran si había evidencias suficientes para presentar cargos en su contra por agredir a un joven en la vía pública, ayudado supuestamente por dos miembros de su dispositivo de seguridad. Finalmente el artista pudo abandonar el país tras recibir una sentencia en la que fue declarado culpable, «injustamente» en su opinión, pero que al menos no le obligaba a regresar a la cárcel.

Ahora Rakim, como se llama realmente el músico, ha hablado por primera vez de las «condiciones inhumanas» en que en un principio se aseguró que estaba siendo retenido para confirmar que, efectivamente, el estado del lugar donde le trasladaron inmediatamente después de su arresto dejaba mucho que desear.

«Cuando llegué allí por primera vez, los guardias me trataron como si fuera una mi**da. Había personas locas que gritaban y aullaban en mitad de la noche», ha recordado en una entrevista a la revista WSJ.

«Intentan matarte de aburrimiento. El único momento en que se te presentaba la oportunidad de hablar con otros presos, durante unos 30 minutos, era por las mañanas, en el tejado. Ellos eran los que me contaban qué estaba sucediendo con mi caso, porque yo veía mi cara en la televisión de mi celda, pero no entiendo ni una palabra de sueco. Fue muy jo**do. Todo el mundo estaba pendiente de lo que sucedía, y aun así tardaron un mes».

Al artista tampoco le ha temblado el pulso a la hora de acusar al sistema de justicia sueco de discriminar a la población penitenciaria de color relegando sus casos y obviando sus derechos básicos.

«Algunas de las personas que también estaban encerradas allí me contaron que llevaban un año sin poder hablar con sus madres y que no había visto a ningún juez. Y era solo en el caso de la gente negra o de color», ha afirmado.

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