AFP
Grupos contrarios al gobierno de Nicaragua formaron este martes una coalición integrada por organizaciones surgidas de las protestas de 2018, partidos de derecha, indígenas y excombatientes de la «Contra», para enfrentar al presidente Daniel Ortega, cuyo partido no descarta postularlo en 2021 para un cuarto mandato.
«Estas siete organizaciones damos el paso inicial de la conformación de la Coalición Nacional» para reconstruir la democracia, anunciaron los opositores en una proclama leída por Yubrank Suazo, un dirigente político excarcelado.
La firma tuvo lugar en un ambiente festivo y combativo en el Centro Cultural Pablo Antonio Cuadra, en Managua, abarrotado por opositores que gritaban a todo pulmón consignas contra el gobierno, pese a la fuerte presencia de policías en los alrededores.
Esta alianza es posible «con la convicción de que solo unidos, sin exclusión, vamos a derrotar a la dictadura», afirmó el dirigente opositor y jurista Carlos Tünnermann.
«De que se van, se van y nunca volverán», coreaban los opositores en alusión al gobernante Frente Sandinista (FSLN, izquierda) de Ortega, un exguerrillero de 74 años que gobierna desde 2007.
La unidad fue sellada con motivo del 30 aniversario de la llegada al poder de la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997), quien venció al FSLN en las urnas al frente de un bloque opositor.
Esta «coalición es una alternativa contra Ortega, reúne a muchos sectores históricamente marginados que buscan la democracia, la justicia y que anhelamos un cambio por la vía cívica y pacífica», declaró a la AFP el dirigente estudiantil Lesther Alemán.
Agentes antimotines sitiaron varios puntos de la capital por temor al surgimiento de nuevas protestas, mientras que las viviendas de más de una veintena de opositores fueron sitiadas por la policía.
La vicepresidenta y primera dama Rosario Murillo dijo el lunes que los opositores tienen «apetitos inmorales, voracidad descompuesta, insolencia, maquinaciones criminales».
– Día histórico –
Integran la coalición la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) y la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), surgidas tras las protestas antigubernamentales del 2018.
Figura también el movimiento campesino que nació en la lucha contra un proyecto de canal interoceánico, así como el partido indígena Yatama (madre tierra en lengua miskito) que acusa al gobierno de «racista».
Se sumaron también los derechistas Partido Liberal Constitucionalista (PLC, con representación parlamentaria) y Partido Restauración Democrática (PRD)
Se integró además la Fuerza Democrática Nicaragüense, grupo de excombatientes del «Contra», que lucharon en los años 80 contra la Revolución Sandinista que encabezó Ortega de 1979 a 1990.
«Hoy es un día histórico porque hemos firmado el compromiso firme de unidad, es la partida de nacimiento de la Coalición Nacional», subrayó Tünnermann, quien dijo que «las puertas están abiertas» para los sectores que aún no se han sumado.
Los opositores señalaron que la coalición es fruto de la lucha iniciada con las protestas de 2018, que exigían la salida de Ortega, acusado por sus detractores de gobernar desde hace 13 años de manera «dictatorial».
«Fue una rebelión contra el colapso de la seguridad social, la corrupción, el abuso de poder (y) el nepotismo», recordaron en la declaración.
La represión a las manifestaciones del 2018 dejaron al menos 328 muertos y 88.000 exiliados, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
«¡Ortega seguimos en la lucha!», exclamaron los opositores durante el acto.
El gobierno ha atribuido las protestas a un fallido golpe de estado y acusa a la oposición de alterar la paz y fomentar el «odio».
Para la oposición, la alianza es el primer paso de un largo camino para constituirse como partido político para los comicios del 2021.
Sus dirigentes han dicho que las elecciones deben realizarse con transparencia y bajo observación internacional.
Demandan además renovar el tribunal electoral, en manos del oficialismo.