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AP

Igual que a muchos votantes en la Florida, a Jared Machado le preocupa la crecida de los mares, el costo de los estudios y conseguir trabajo cuando termine sus estudios en la Universidad de la Florida dentro de unos meses. Pero este estudiante de historia y ciencias políticas no olvida que sus padres y sus abuelos vinieron a Estados Unidos como refugiados, escapándole al comunismo en Cuba.

Y se sintió muy decepcionado cuando Bernie Sanders, quien se describe como un socialista democrático, pareció elogiar a Fidel Castro en una reciente entrevista.

“No entiende la traumática experiencia que soportaron los cubanos”, expresó Machado, de 22 años y cuyos abuelos dejaron la isla hace más de medio siglo. Con ellos se fue también su padre, quien tenía pocos meses.

El voto hispano es vital tanto para demócratas como para republicanos y la gran victoria de Sanders en los caucuses de Nevada el sábado pareció indicar que el senador de Vermont está ganando terreno en esa comunidad. Pero sus comentarios sobre Cuba, transmitidos el domingo, pueden crearle problemas.

El que se identifique como socialista y que elogie a gobiernos de izquierda le da munición a sus rivales para que cuestionen sus posibilidades en un estado con una gran comunidad cubana que desconfía de los gobiernos de izquierda.

En la Florida, donde los hispanos representan casi una quinta parte del electorado, ese escepticismo podría ser un gran obstáculo para Sanders en las primarias, en incluso afectar las posibilidades de los demócratas de llevarse los 29 delegados en las elecciones de noviembre.

“Los candidatos tienen que comprender las historias compartidas de nuestras comunidades de inmigrantes y ofrecer soluciones a los temas que interesan a los residentes de la Florida”, expresó la presidenta del Partido Demócrata de la Florida Terrie Rizzo el lunes.

Durante una entrevista transmitida el domingo por el programa “60 Minutos” de CBS, Sanders dijo que se opone al gobierno autoritario de Cuba, pero que “no es justo decir que todo fue malo”.

“Cuando Castro asumió, ¿saben lo que hizo?”, continuó. “Impuso un gran programa de alfabetización. ¿Está mal eso, incluso si lo hace Fidel Castro?”.

Un portavoz de Sanders restó importancia a la controversia.

“El senador Sanders ha criticado clara y consistentemente la tendencia autoritaria de Fidel Castro y ha condenado sus abusos a los derechos humanos. Simplemente está repitiendo lo que ya dijo el presidente (Barack) Obama en el sentido de que Cuba registró progresos, especialmente en la educación”, declaró el vocero Mike Casca.

Durante una sesión de preguntas y respuestas el lunes por la noche en CNN, Sanders no se retractó y sostuvo que ha criticado “a los regímenes autoritarios de todo el mundo”, incluidos Cuba, Nicaragua y Arabia Saudí. Pero insistió en que cuando Castro asumió el poder en 1959, “lo primero que hizo” fue iniciar un programa de alfabetización.

“Creo que enseñarle a la gente a leer y escribir es algo bueno”, agregó. “Eso es un hecho. No hay nada más que decir”.

Cuando se le mencionó que representantes demócratas de la Florida habían dicho que simpatizaba demasiado con Castro, Sanders respondió: “Casualmente, todos esos legisladores apoyan a otros candidatos” en las primarias.

Sus rivales aprovecharon para cuestionar sus posibilidades de atraer el voto de hispanos e independientes en la Florida, sobre todo de quienes tienen familiares que le escaparon a gobiernos represivos.

“Fidel Castro dejó un feo legado de campos de trabajos forzados, represión religiosa, pobreza generalizada, pelotones de fusilamiento y asesinatos de miles de compatriotas”, afirmó Mike Bloomberg en un tuit el lunes. “Pero sí, Bernie, hablemos de su programa de alfabetización”.

El senador de la Florida Marco Rubio, tal vez el cubano-estadounidense más prominente del país, también la emprendió contra Sanders.

Difundió un video en el que dice que la propuesta socialista de los demócratas puede parecer benigna, pero no deja de ser marxismo y hace una “oferta falsa” de seguridad, atención médica y educación gratis.

Hay quienes dicen que Sanders necesita tomar más distancia de Cuba y de otros gobiernos autoritarios para captar el voto hispano.

“No son solo los cubano-estadounidenses, abarca a los hispanos en general, muchos de los cuales jamás considerarían votar por alguien que se identifica como socialista”, opinó Fernand Amandi, un encuestador cubano-estadounidense de Miami.

Gerardo Cadava, profesor de historia y de estudios latinos de la Universidad del Noroeste, dice que Sanders tiene que explicar sus posturas hacia gobiernos de izquierda, incluido su viaje a Nicaragua para festejar el sexto aniversario de la revolución sandinista de Daniel Ortega.

“Le cuesta un poco decidir cómo responder a estas preguntas”, dijo Cadava, quien escribió un libro acerca de cómo los republicanos atraen el voto hispano.

En la última década, según Cadava, los demócratas cortejaron la generación joven de cubano-estadounidenses, tras ver que muchos se registran como independientes en Miami.

Machado, el estudiante de la Universidad de la Florida, es uno de ellos.

Dice que todavía no ha decidido por quién votará en las primarias demócratas, aunque hoy por hoy se inclinaría por Pete Buttigieg.

Machado viene de una familia con distintos puntos de vista políticos. Su madre es puertorriqueña y su padre cubano.

“Uno vota por los demócratas el otro por los republicanos”, comentó. “Por eso tiene un hijo de centro como yo”.

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